El lodo almacenado en las fosas sépticas de algunas instalaciones para el lavado de automóviles en la prefectura de Fukushima registra niveles de radiación hasta siete veces superior a lo permitido a raíz al accidente nuclear de 2011, adelantó este domingo la agencia Kyodo.
Una reciente inspección encontró varias muestras de lodo con una concentración de hasta 57.400 becquereles por kilo, muy por encima del techo de 8.000 becquereles que autoriza el Gobierno nipón, según muestra un documento obtenido por Kyodo y cuyo contenido fue parcialmente difundido.
Se cree que este material altamente radiactivo procede de cenizas contaminadas adheridas a los vehículos poco después de que el terremoto y tsunami de 2011 golpearan la central de Fukushima Daiichi y provocaran en la región el peor accidente nuclear desde el de Chernóbil (Ucrania) en 1986.
El informe, compilado por la Asociación de Distribuidores de Automóviles de Japón, la Asociación Nacional de Promoción de Servicios para Automóviles y la Asociación de Vehículos Ligeros y Motocicletas de Japón, estima que en los aproximadamente 1.700 centros de lavado de coches de la región puede haber miles de toneladas de lodo contaminado.
El documento alerta de que para evitar que las fosas sépticas rebosen por encima de su capacidad muchas se están vaciando empleando personal con palas, por lo que la salud de estos operarios podría estar en grave riesgo.
Sin embargo, portavoces del Ministerio nipón de Medio Ambiente consultados por Kyodo admitieron que por el momento no se ha atendido este asuntos porque la responsabilidad del Gobierno central reflejada en ley de descontaminación redactada tras el accidente atómico no cubre en principio este tipo de desechos.
Las emisiones y vertidos resultantes del desastre de Fukushima aún impiden que miles de personas que vivían junto a la central puedan volver a sus casas y han afectado gravemente a la agricultura, la ganadería o la pesca, además de a otros sectores de la economía local.