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Comunidad fronteriza de Panamá y Costa Rica marcharon contra la trata de personas

La zona fronteriza entre Panamá y Costa Rica, lugar de paso del flujo masivo de migrantes que busca llegar a Estados Unidos, fue el escenario de una marcha binacional para advertir sobre el delito de la trata de personas.

A propósito del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata, autoridades de ambos países y escolares de los colegios locales caminaron con pancartas por la localidad de Paso Canoas para repudiar el delito y estimular su denuncia.

El oficial de programas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Panamá, Gonzalo Medina, dijo a la agencia de noticias EFEe que la caminata busca alertar a los migrantes en situación de vulnerabilidad -que merodean la zona- de que podrían ser víctimas de este flagelo.

El Secretario General de la Comisión Nacional contra la Trata de Personas de Panamá, Rodrigo García, aseguró que este delito es el tercero, después del tráfico de drogas y armas, que el crimen organizado utiliza para recoger fondos económicos.

«Tenemos que rescatar a las víctimas de trata (…) es una política de Estado», añadió en declaraciones a EFE.

Medina explicó que esta es una iniciativa que se desarrolla desde hace cuatro años junto con la Comisión Permanente para la Protección y Asistencia a Migrantes en Condición de Vulnerabilidad (COPPAMI), que integran instituciones de ambos países para monitorear la situación de este delito.

La gestora sobre trata de la Dirección General de Migración y Extranjería de Costa Rica, Sandra Chávez Esquivel, pidió a los habitantes y migrantes tener cuidado con las ofertas de trabajo engañosas, «una de las principales herramientas que usan las redes de delincuencia organizada para explotar posteriormente».

Chávez Esquivel representó en el encuentro a 22 instituciones públicas de su país para repudiar la venta de seres humanos y destacar la «responsabilidad de los gobiernos y la sociedad civil en combatir este delito», dijo a EFE.

En los últimos cuatro años, Costa Rica ha atendido más de 140 casos de trata, y en lo que va de año ha rescatado a 15 víctimas, la mayoría mujeres entre los 20 y 35 años, explotadas sexualmente, principalmente nicaragüenses, colombianas y dominicanas.

En los dos años pasados, Panamá ha desarticulado trece organizaciones criminales dedicadas a la trata y sus cabecillas son procesados en espera de una condena, ha informado la Fiscalía.

En lo que va de este año, 72 víctimas han sido rescatadas, mientras en 2015 fueron recuperadas 50 mujeres víctimas, el 50 % de ellas explotadas sexualmente y principalmente de nacionalidades venezolana y colombiana, de acuerdo con la Comisión Nacional panameña.

Ambos países son lugar de paso de miles de migrantes, mayormente cubanos, haitianos y africanos, que buscan llegar a Estados Unidos por vía terrestre después de viajar a Suramérica.

La situación se complicó desde finales del año pasado cuando Nicaragua cerró su frontera a la migración ilegal, por la oleada de cubanos que cruzaba la región, lo que provocó que miles de ellos quedaran varados, primero en Costa Rica y después en Panamá.

Desde entonces, la zona fronteriza entre ambos países está repleta de extranjeros en precarias condiciones que buscan los medios para continuar su camino hacia el norte y muchos de ellos contratan a traficantes de personas con la esperanza de que los ayuden a pasar las fronteras.

La trata de personas incluye distintas formas de explotación como la sexual, el trabajo forzoso, los matrimonios forzados, el tráfico de órganos y de personas, entre otras formas.

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