Los rebeldes comunistas filipinos insistieron este lunes en continuar las negociaciones de paz con el Gobierno de Rodrigo Duterte, a pesar de que la semana pasada ambas partes rompieron el alto el fuego tras varios incidentes mortales y el arresto de uno de los líderes guerrilleros.
«Consideramos que siguen en pie las negociaciones de paz entre el Gobierno de la República de Filipinas y el Frente Democrático Nacional de Filipinas», expresó el ilegal Partido Comunista de Filipinas (PCF), en un comunicado.
El PCF, brazo político de los guerrilleros del Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), considerado organización terrorista por EEUU y la UE, aseguró que sigue esperando que se celebren las rondas de diálogo programadas para el 22 al 24 de febrero y el 2 al 6 de abril.
El comunicado llega el mismo día del arresto de Ariel Arbitrario, uno de los líderes del grupo rebelde que fue puesto en libertad por el gobierno durante las conversaciones de paz.
Duterte dio ayer por canceladas las negociaciones con los rebeldes, que han perpetrado desde finales de enero varios ataques sorpresa contra las Fuerzas Armadas de Filipinas en los que han muerto seis soldados.
De hecho fue el NEP quien el pasado miércoles declaró primero y de manera unilateral la ruptura del alto el fuego suscrito por ambas partes a finales de agosto.
Los comunistas alegan que el Gobierno incumplió su parte al no amnistiar y liberar «a todos los presos políticos».
Esto, sumado a los ataques contra los soldados, llevó al Gobierno a romper también la tregua el viernes y reanudar sus operaciones contra la guerrilla.
Los comunistas amenazaron hoy en su comunicado con «tomar plenamente la iniciativa mediante campañas militares y ofensivas tácticas contra todas las entidades armadas opresoras del Estado reaccionario y las clases dominantes» a partir del viernes 10, fecha programada por el NEP para regresar oficialmente a las armas.
Ambas partes comenzaron en enero en Roma la tercera ronda de conversaciones y tenían planeado reunirse este mes en Holanda antes de reanudar las negociaciones de paz en Oslo el próximo abril.
El principal obstáculo de las negociaciones fue la negativa del gobierno filipino de poner en libertad a unos 140 presos del NEP.
Esta guerrilla de inspiración maoísta fundada en 1969 cuenta con unos 6.000 combatientes regulares que han llevado a cabo en las últimas décadas atentados, asesinatos, secuestros y extorsiones con un balance de más de 30.000 muertos.