Empresarios y trabajadores del ramo están en desacuerdo con la iniciativa de crear un nuevo impuesto selectivo al consumo de bebidas azucaradas y energéticas del 8% sobre su precio, ya sean importadas o de producción nacional.
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En el anteproyecto de ley 104 de 25 de septiembre de 2017, que Reposa en la Comisión de Economía y Finanzas de la Asamblea Nacional, establece que la obligación de este impuesto se paga al momento de la compra de la bebida azucarada, ya sea en supermercados, abarroterías o distribuidores en general.
Los diputados alegan que con este impuesto buscarán promover un estilo de vida saludable enfocado en una alimentación que asegure un óptimo estado nutricional.
Pero para el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), Severo Sousa, este impuesto afectará exclusivamente al consumidor.
«Si bien es cierto que el consumo de bebidas azucaradas está afectando la salud de muchos panameños, no estoy seguro de que esta sea la mejor forma de tratar de aplicar un tributo al producto, que tendrá que ser costeado por el consumidor», manifestó.
Un informe del Sindicato de Industriales de Panamá detalla que la industria manufacturera en el país presentó al cierre del año 2016 una contracción de 2.8% en su valor agregado bruto, 53.6 millones de dólares menos con respecto al año anterior. La afectación mayor se registró en los alimentos y las bebidas.
Fuente: Panamá América