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Empresas de China y América Latina buscan un futuro más integrado

Empresas de China y América Latina y el Caribe exploraron este viernes oportunidades de negocio en busca de un futuro más integrado entre sus dos territorios a través de los lazos comerciales, inversores y financieros.

Sectores como las infraestructuras, la agricultura y la ganadería, la energía o las manufacturas se presentaron como los más prometedores para los vínculos entre estas regiones en el inicio, de la cumbre empresarial China-América Latina y el Caribe (China-LAC).

«China y América Latina y el Caribe transitan caminos hacia un desarrollo que será integral», aseguró el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, al inaugurar este encuentro de dos días que se celebra en la ciudad china de Tangshan (norte) y que en 2017 acogerá la uruguaya Punta del Este.

«No es un camino fácil ni es un camino corto, pero tampoco es un camino imposible o que conduce a ninguna parte», prosiguió el presidente uruguayo, quien indicó que en esa senda hay «espacio para objetivos y desafíos comunes».

Vázquez afirmó que el comercio, la inversión y las finanzas tienen que ser los tres «motores» que impulsen las relaciones económicas entre ambas regiones.

«Si nuestro objetivo es el desarrollo integral inclusivo para dar más calidad de vida a nuestra gente, entre los desafíos están el comercio, la inversión, las finanzas y la cooperación», insistió el mandatario.

Con más de 1.500 inscritos, este foro constó de una serie de sesiones en las que representantes corporativos y gubernamentales debatieron las posibilidades de cooperación y de una feria en la que empresas y agencias de promoción oficiales presentaron las oportunidades de negocio que ofrecen.

Así, el vicepresidente chino, Li Yuanchao, señaló que energía y recursos, construcción de infraestructuras, agricultura, manufactura y tecnologías de la información y la comunicación son las prioridades para China en su cooperación con América Latina y el Caribe.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, apostó por que Latinoamérica se convierta en el «supermercado del mundo» por su potencial en la producción de alimentos.

La minería fue el sector que monopolizó la aproximación de China a América Latina hasta hace unos años, aunque a medida que sus relaciones han ido madurando, los intercambios económicos se han diversificado.

El volumen del comercio entre China y los países de América Latina y el Caribe supera en la actualidad los 250.000 millones de dólares anuales tras multiplicarse por nueve en la última década y, además, el gigante asiático es un inversor con cada vez más peso en la región.

China, explicó el vicepresidente de desarrollo de negocios en Asia de la empresa brasileña BRF (Brasil Foods), Marcos Jank, tiene la población, el capital y las infraestructuras, pero le faltan los recursos naturales de los que América Latina disfruta.

El vicepresidente chino también se refirió a esa circunstancia al enfatizar la «complementariedad» que existe entre la segunda economía mundial y la región latinoamericana.

El desarrollo experimentado por los países latinoamericanos y por el gigante asiático muestra ciertos paralelismos, defendió Tabaré Vázquez, quien recordó que su región busca ahora aprovechar el ascendente músculo inversor chino para mejorar sus infraestructuras y dar un nuevo impulso a su economía.

En 2015, la inversión de las empresas chinas en América Latina y el Caribe ascendió a 21.460 millones de dólares, con un aumento del 67,1 % con respecto al año anterior.

Pero de la mano de unos lazos económicos cada vez más estrechos surge un nuevo contexto, por lo que el canciller uruguayo llamó a América Latina a «entender» las nuevas dinámicas de una China inmersa en una transformación estructural que persigue dar una mayor importancia al consumo y de sus implicaciones en la región.

«A medida que la relación económica entre China y América Latina y el Caribe se intensifica, los ciclos económicos de cada parte están más alineados a lo que sucede en la otra. Los efectos de la economía china son muy perceptibles y generan consecuencias cada vez más importantes en América Latina y el Caribe», explicó Nin Novoa.

El canciller uruguayo instó a sus países vecinos a ser «rápidos y flexibles» en su adaptación a los cambios de China, para no perder el tren de un mercado con una clase media cada vez más numerosa y pudiente.

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