Las fuerzas afganas han detenido «completamente» el ataque talibán en la volátil provincia sureña de Helmand y tratan de eliminar las minas de la carretera que lleva a la capital, Lashkargah, donde más de 25.000 personas se refugiaron huyendo de los combates en los últimos días.
Casi dos semanas después de que los talibanes lanzaran una dura ofensiva que llegó a zonas de la capital provincial, las tropas afganas con refuerzos y con apoyo aéreo estadounidense han conseguido contener a los insurgentes, indicó a Efe Rasoul Zazai, portavoz del Cuerpo del Ejército 215 Maiwand, situado en Helmand.
«Después de que llegaran los refuerzos, hemos detenido completamente el avance talibán en Helmand, particularmente en Lashkargah y los distritos de los alrededores», señaló la fuente.
Agregó que el Ejército ha recuperado zonas estratégicas en los distritos Nawa y Garamsir y tienen bajo «control la situación de seguridad».
«Nuestra prioridad ahora es reabrir la autopista con Kandahar, tenemos la zona bajo control, pero las minas son el principal problema, lleva tiempo limpiarla y además han dañado seriamente la carretera», explicó.
La falta de comunicación terrestre ha complicado enormemente el abastecimiento lo que ha supuesto un incremento de los escasos artículos para miles de personas de los distritos de la provincia que se han ido refugiando en las últimas semanas en la capital.
«Debido al cierre de la carretera hemos tenido que repartir la ayuda a los desplazados más necesitados en forma de dinero y no de artículos consumibles», indicó a Efe el director para los Refugiados de Helmand, Naqib Zmaryal.
Esta ayuda monetaria ha llegado a 700 de las 4.000 familias que han sido registradas hasta el momento, aunque el censo de personas continúa, indicó el funcionario.
El ataque talibán hizo temer durante varios días la caída completa de la capital provincial, de la que han tenido el control en algunas partes en los últimos meses.
De los catorce distritos de Helmand, cuatro están bajo control total talibán, dos en disputa y en los restantes ocho los talibanes controlan amplias zonas y solo los centros administrativos están bajo control del Estado.
«Sólo en la última semana alrededor de 350 talibanes han muerto y 400 han resultado heridos, fundamentalmente en ataques aéreos», indicó Zazai, sin facilitar el número de bajas en las líneas de las fuerzas afganas.
Un miembro del Consejo Provincial, Hussain Alizada, indicó a Efe que ahora la gente en la capital provincial se siente más segura y la situación se ha ido normalizando.
«La gente ya no tiene el miedo que tenía hace una semana, ahora saben que la ciudad no caerá e incluso ha crecido la esperanza de que puedan recuperarse pronto las zonas perdidas», dijo.
La inestabilidad en Afganistán ha ido en aumento desde el fin de la misión militar de la OTAN en diciembre de 2014 y los talibanes han ido avanzando en el control del país así como en la frecuencia y tamaño de los atentados en las grandes ciudades.