El Gobierno Portugal cuenta actualmente con más de 2.000 bomberos luchando para controlar los enormes incendios forestales en la región central del país, donde un fuego mató a 62 personas y las críticas hacia las autoridades aumentan por no haber hecho más por impedir la tragedia.
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Este lunes esperaban que arribaran de España, Francia e Italia, incluidos aviones para arrojar agua sobre las llamas como refuerzos, dentro de un programa de cooperación de la Unión Europea.
Sin embargo, las enormes cortinas de humo dificultaban el despliegue de las aeronaves para descargar el vital líquido sobre el fuego.
Los bomberos se vieron beneficiados durante la noche, pues al bajar la temperatura, lograron controlar parte de las llamas, según explicó a la prensa el comandante de protección civil Elisio Oliveira.
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Pero aún, algunos hectáreas seguían recibiendo los embates del fuego, llegando a zonas inaccesibles en cadenas montañosas a lo largo de 150 kilómetros al norte de Lisboa.
Con información de Unión Radio