El delantero brasileño Neymar admitió en un anuncio televisivo que algunas de sus reacciones en el campo durante el Mundial de Rusia 2018 fueron exageradas, pero que pide ayuda para «levantarse».
MÁS NOTICIAS: Ibahimovic no jugará Partido de Estrellas de la MLS contra la Juventus
«Usted puede pensar que exagero. A veces reconozco que exagero. Pero es real que sufro dentro del campo. Ahora, de verdad, usted no imagina lo que pasó fuera de él», aseguró la estrella brasileña en un comercial de la marca Gillette que se difundió por redes sociales con comentarios a favor y en contra del delantero.
El futbolista de 26 años aceptó que no ha aprendido a «decepcionar» a los hinchas y que, si en ocasiones parece un niño «mimado», es porque no ha aprendido a lidiar con la frustración.
Neymar se sincera: "A veces exagero, pero en realidad sufro dentro del campo" https://t.co/f78LH9Vfe0
— Antena 3 Noticias (@A3Noticias) July 30, 2018
«Dentro de mí existe un niño, a veces encanta al mundo. A veces irrita a todo el mundo. Pero mi lucha es para mantener a ese niño vivo», expresó el delantero del París Saint-Germain.
Neymar afirmó haberse transformado en «un nuevo hombre» y pidió ayuda para ponerse en pie luego de sus caídas.
Neymar se confiesa. "Pueden pensar que exagero. Y a veces sí exagero. Pero la verdad es que sufro sobre la cancha… Me tardé en aceptar sus críticas. Me llevó tiempo mirarme al espejo y convertirme ahora en un hombre nuevo”. pic.twitter.com/rRJpsRiO8A
— Adriana Monsalve (@AdrianaMonsalve) July 30, 2018
«Yo me caí, pero solo quien se cae se puede levantar. Usted puede continuar tirando piedras. O puede dejar esas piedras y ayudarme a ponerme de pie, porque cuando yo me pongo de pie, colega, Brasil entero se levanta conmigo», concluyó la estrella brasileña.
Las declaraciones de Neymar generaron controversia en redes sociales. Los internautas tenían opiniones divididas, algunos valoraban la sinceridad del brasileño, mientras que otros cuestionaban el hecho de que hubiera dado estás declaraciones en una propaganda.
Fuente: El Siglo