Autoridades de Panamá y Costa Rica han incrementado el número de funcionarios policiales en la zona limítrofe entre ambos países, conocida como Paso Canoas, a consecuencia de la gran cantidad de migrantes haitianos, cubanos y africanos que deambulan por la zona.
Estas personas llegan al país con la intención de seguir el periplo hasta llegar a Estados Unidos, pero desde noviembre de 2015 en la región se desató una crisis migratoria, desde que el Gobierno del presidente nicaraguense Daniel Ortega ordenara el cierre total de la frontera con Costa Rica.
Al parecer, las autoridades del Servicio Nacional de Migración de Panamá habría confirmado que la situación se ha agravado porque del lado de Costa Rica devuelven a los migrantes a Panamá, una vez que son detectados de ese lado de la frontera.
Entre los migrantes que se encuentran varados en Panamá todavía queda parte del lote de cubanos que llegaron al país hace tres meses y que no pudieron viajar a México, a través del puente aéreo y terrestre que se abrió con Guatemala para facilitar la llegada de los antillanos a la frontera con Estados Unidos para que pudieran cruzar.
Panamá ha sido uno de los países más afectados por la migración de cubanos y africanos que desean llegar a Estados Unidos, pues las medidas adoptadas por otros países han dejado como consecuencia que muchos de esos migrantes se queden varados en el país.
Desde hace algunas semanas la situación se ha agravado en el terminal de pasajeros de Albrook, donde un grupo de supuestos africanos llegaron desde la provincia de Darién y armaron un campamento, a la espera de que le transfieran dinero para seguir el periplo por Centroamérica.
Estas personas llegaron al país a pesar de que la frontera con Colombia se mantiene cerrada desde mayo, cuando el presidente Juan Carlos Varela ordenó el cierre, debido a la gran cantidad de cubanos que estaban ingresando de manera ilegal al país, y estaban en campamentos en Paso Canoas.
Fuente: La Prensa.