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Segunda vuelta electoral, un esquema pendiente por debatir en Panamá

Tras las elecciones presidenciales de Brasil, donde los principales candidatos Luis Ignácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro deberán ir a una segunda vuelta electoral –para definir al ganador de estos comicios, al no haber logrado más del 50,1% de los votos–, la figura del balotaje vuelve a la palestra en Panamá, a pesar de que este sistema no será utilizado en el país en las próximas elecciones presidenciales del 5 de mayo de 2024.

Aunque el tema ha sido tratado en cada proceso de reformas al Código Electoral y que incluso llegó a la Asamblea Nacional una propuesta para instaurar la segunda vuelta en las elecciones presidenciales panameñas, todavía es un esquema que los sectores políticos no han querido avalar, pero que otros grupos y expertos en la materia consideran que es una materia que ya se debe abordar con seriedad en Panamá.

En nuestro país, el expresidente de la República Ricardo Martinelli ha sido el único gobernante elegido que en la nueva era democrática de Panamá ha ganado unos comicios con más del 50% de los votos. En las elecciones de 2009 alcanzó un 60,3% de los votos emitidos en esa contienda política.

Mientras que Ernesto Pérez Balladares en 1994 logró el 33,3% de los votos, Mireya Moscoso el 42% en el torneo presidencial de 1999, Martín Torrijos alcanzó en 2004 el 47,4% de los sufragios, Juan Carlos Varela en 2014 obtuvo un 39% de los votos emitidos, mientras que más recientemente, en las elecciones de 2018, el actual presidente Laurentino Cortizo Cohen logró el 33,3% del respaldo popular.

‘Falta de legitimidad’

Justamente, el hecho de que la mayoría de los exgobernantes y el actual presidente no hayan superado el 50,1% del respaldo de la población, es lo que impulsa a diversos sectores a considerar la necesidad de aplicar una segunda vuelta electoral “que le dé legitimidad” a futuros presidentes elegidos.

Para el exfiscal electoral Boris Barrios, la segunda vuelta electoral es una tarea y un debate pendiente de discusión, el cual, asegura, se tiene que dar con la madurez y la sensatez que amerita.

Destacó que el argumento y la razón es la legitimidad política del gobierno que surge escogido en las elecciones.

Detalló que, en Panamá, los últimos gobiernos que el país ha tenido desde el punto de vista de las ciencias políticas, han sido gobiernos carentes de legitimidad, porque no han alcanzado la mitad más uno del electorado.

“Eso significa que ha gobernado una minoría por encima de la mayoría, y ese es un problema que debemos debatir los panameños, tomar una decisión al respecto y analizar la conveniencia o inconveniencia de la segunda vuela electoral”.

Barrios indicó que la Constitución no habla ni de primera ni de segunda vuelta, sino de mayoría de votos, por lo que consideró que no hay que reformar la Constitución para establecer una segunda vuelta electoral en Panamá.

Reforma a la Constitución

Por su parte, el experto en temas electorales Javier Ordinola subrayó que definitivamente la última elección presidencial en Panamá trae a la palestra la discusión de la segunda vuelta.

“Ganar con un 33% de los votos refleja una falta de legitimidad de origen, y es por eso que los países de Latinoamérica casi todos tienen segunda vuelta electoral, para buscar esa legitimidad de origen”, expuso.

Indicó que estos países tienen en sus legislaciones, sus constituciones y sus códigos electorales una combinación de normas que permiten que la segunda vuelta sea una realidad, como por ejemplo, que el voto sea obligatorio.

Manifestó que como en Panamá el voto no es obligatorio, ese será un tema que habría que considerar para poder abordar la segunda vuelta electoral. “A mi juicio, se requieren cambios constitucionales para que la segunda vuelta electoral pueda darse”.

Mientras que el exmagistrado del Tribunal Electoral Guillermo Márquez Amado consideró que de un tiempo para acá ha llegado a la conclusión de que es más sano tener segunda vuelta.

“Creo que deberíamos ir considerando derivar hacia esa posibilidad, ya que en primer lugar nos da dos posibilidades para escoger, y en segundo lugar le da mayor legitimidad al que llega al poder porque sabe que alcanzó la Presidencia con un respaldo del pueblo que es por lo menos nominalmente aceptable”, dijo.

Manifestó que aunque antes veía con duda las alianzas por conveniencia que se podrían dar en una segunda vuelta electoral, la experiencia le ha demostrado a lo largo del tiempo que con alianzas y sin alianzas hay quienes creen que llegar al poder significa poder disfrutar asimismo de sus mieles, y cuando hay alianzas hay límites, pero cuando no hay alianzas se lo quieren llevar todo y terminar en el abuso.

Contrario a lo planteado por el exfiscal electoral Boris Barrios, para Márquez Amado sí se requiere de una reforma constitucional para poder implementar la segunda vuelta en Panamá, tras señalar que hubo un fallo de la Corte Suprema de Justicia en la que concluyó que la mayoría de votos es la mayoría entre todos los que hubieran corrido para ser presidente. “Entonces sí es necesario una reforma constitucional”, concluyó.

Con redacción de El Click e información de La Estrella

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