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Solís defiende «éxitos» de su Gobierno y es optimista frente al plan fiscal

El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, defendió el «éxito» de su Gobierno en el combate a la pobreza y el impulso a la economía, y se mostró optimista con que se cumpla en el 2017 el plan fiscal con el que pretende combatir el abultado déficit, el más espinoso de los problemas económicos del país.

En una entrevista con Efe en la Casa Presidencial, Solís señaló que las cifras evidencian avances en el combate a la pobreza y el impulso del comercio y la economía, que crecerá el 4,3% este año, según cálculos del Banco Central, en contraste con el resultado de América Latina que se contraerá 0,9% de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

La inflación acumulada en el año no alcanza ni 1% pero deja atrás la deflación de 0,81% del 2015, la inversión extranjera directa sigue en constante alza y la expectativa de crecimiento turístico supera todos los años anteriores.

«El gobierno ha sido bastante exitoso en la lucha contra la pobreza y en las cifras económicas. El que se haya diseñado una política pública con nuevos instrumentos de medición, que sale a buscar a los pobres y no los espera, así como el combate basado en fortalecimiento de pequeñas y medianas empresas, y la formación de las mujeres, es algo que a mí me entusiasma mucho», afirmó Solís.

La pobreza en Costa Rica se ubica en 20,5% de los hogares, el índice más bajo de los últimos 7 años, según la encuesta nacional de 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revelada en octubre pasado.

La Administración de Solís además afrontó en noviembre pasado el embate del huracán Otto, el primero en la historia en tocar tierra costarricense, que causó una decena de muertos y millones de dólares en pérdidas materiales.

«A pesar de los huracanes, de los terremotos y de los volcanes que han pasado este año, el que hayamos logrado mantener un crecimiento (…) el desempleo a la baja, la moneda está estable, todo eso junto me parece que refleja un trabajo muy dedicado», dijo el presidente.

Solís además destacó que le «satisface» que, a diferencia de otros países, el Gobierno no se ha visto manchado con escándalos de corrupción, y se han logrado cambios importantes como la renegociación de los convenios colectivos.

En tono relajado, el presidente aseguró que no lo desvela el hecho de que, pese a esos logros, la población lo califique muy mal, como reveló un estudio de la estatal Universidad de Costa Rica, según el cual, 5,9% de los encuestados respondió que Solís está haciendo un «trabajo bueno», mientras que 66,7% indicó que hace un «trabajo pobre» y el restante 25,3% que «hace o necesario».

Los políticos, indicó el mandatario, «suben, bajan en las encuestas, pero desvelarse por las encuestas siempre trae muy malas consecuencias porque uno pierde la mirada más ancha, con luces más largas. Aunque es un instrumento válido de ciencias sociales».

«No es que me sienta satisfecho, nunca me voy a sentir satisfecho, pero tengo que expresar que, a pesar de las dificultades y las resistencias burocráticas al cambio, que son una realidad, el país ha avanzado en estos tres años», manifestó el presidente, que con su victoria electoral en el 2014 rompió un bipartidismo de poco más de tres décadas en Costa Rica.

Solís, de 58 años y que hasta el momento de ejercer como jefe del Estado era profesor universitario, llegó al poder para un período de 4 años de la mano del Partido Acción Ciudadana (PAC), una formación no tradicional, lo que le ha complicado la negociación con muchos sectores, no solo con la oposición, en especial en temas difíciles en Costa Rica como la reforma fiscal.

Datos del Ministerio de Hacienda indican que el déficit fiscal alcanzó 4,4% del Producto Interior Bruto (PIB) en noviembre pasado, inferior al 5% registrado en el mismo periodo del 2015, cuando el indicador cerró en 5,9%.

Solís expresó que tiene una perspectiva optimista sobre 2017, aunque mucho dependerá de la aprobación del plan fiscal, que dijo, «no tiene porque ser visto con temor».

«Soy optimista, creo que con un poquito de consenso y algún poquito de apoyo que logremos en la Asamblea Legislativa salimos con el plan fiscal. Tengo la esperanza de que se cumpla», puntualizó.

Hasta el momento se han aprobado cinco proyectos de los nueve impulsados. Los más polémicos, que siguen en trámite, son los cambios en el impuesto de la renta y la conversión del impuesto de ventas del 13% en uno del valor agregado (IVA) del 15%.

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