Tailandia permanecía este sábado bajo la incierta regencia del presidente del Consejo Privado, Prem Tinsulanonda, en un período que durará hasta la entronización del heredero, príncipe Vajiralongkorn, tras la muerte de su padre, el rey Bhumibol.
Prem asumió la regencia desde la muerte el jueves de Bhumibol -y la decisión ese mismo día de Vajiralongkorn de abrir un período de luto antes de subir al trono-, pero la falta de un anuncio oficial de ese tránsito institucional ha generado cierto grado de confusión.
A esa situación ha contribuido la sucesión de informaciones publicadas y rápidamente suprimidas por la prensa local.
Los medios de Bangkok se hicieron eco el viernes de unas declaraciones del vicepresidente de la Asamblea Nacional, Pirasak Pochit, en que confirmaba que Prem ya ejercía como regente, de acuerdo con una ley palaciega de sucesión que se remonta a 1924.
Esa ley establece que el presidente del Consejo Privado -compuesto por 19 personas de plena confianza de la Corona-, se convertirá de forma automática en regente en caso de inhabilitación del monarca o por cualquier motivo por el que el trono se encuentre vacante.
Pero un día después de las declaraciones de Pochit, varios medios que las habían recogido las habían borrado de sus ediciones.
El diario en inglés The Nation apunta que «los medios locales han tenido que retirar las declaraciones del vicepresidente de la Asamblea Nacional en que confirmaba que Prem ejercía como regente».
«La razón de la retirada no está clara», añade el periódico, que no identifica a la autoridad que obligó a borrar las declaraciones.
También en su edición en inglés, el diario Khaosod anota que ha retirado el artículo sobre la sucesión del Rey Bhumibol por decisión de su dirección editorial «ante el temor de acciones legales».
Kahosod asegura que «la decisión fue adoptada por la dirección del periódico. No hemos recibido la orden de ninguna autoridad».
«La regencia del presidente del Consejo Privado en un caso como este es constitucional y no hay nada extraño en eso. Con la regencia no cambia nada en sustancia», comentó a Efe el ex diputado y profesor de la Universidad de Harvard, Kriengsak Chareonwonsak.
El académico admitió que la decisión del príncipe Vajiralongkorn de no asumir directamente la Corona «causó sorpresa general» pero recordó que hay precedentes de cortos periodos de regencia en la dinastía Chakri, a la que pertenece la actual familia reinante.
«Lo que sería bueno es que esta situación no se alargue mucho porque entonces podrían surgir complicaciones», subrayó.
El primer ministro de la junta militar que gobierna en Tailandia desde el golpe de Estado de 2014, el general Prayut Chan O-cha, no precisó el tiempo que llevará la entronización del príncipe Vajiralongkorn, y el «impasse» ha desatado la incertidumbre.
Aunque la sucesión está regulada por la ley palaciega de 1924, la Constitución aprobada en 2007 -aún vigente pese a la asonada castrense de hace dos años-, incluye en su artículo 23 la posibilidad de que pueda ser entronizada una mujer.
Esa eventualidad está casi descartada porque exige la condición de que el anterior rey hubiese fallecido sin nombrar heredero al trono, lo que no es el caso, pero la cercanía del regente Prem -un antiguo general y ex primer ministro de 94 años-, con la princesa Sirindhorn, no ha sido pasada por alto en medios diplomáticos.
Tercera hija de Bhumibol, Sirindhorn es popular por sus numerosas iniciativas caritativas y benéficas mientras que su hermano Vajiralongkorn, único hijo varón del monarca fallecido, es menos conocido en Tailandia por pasar largas temporadas en el extranjero.
No hay indicios visibles, sin embargo, de cambios en los planes sucesorios; en las honras fúnebres en memoria de Bhumibol, que se iniciaron el viernes con el traslado del cadáver al Palacio Real y son retransmitidas en directo por televisión, Vajiralongkorn es el permanente objetivo de los focos, y ocupa el papel protagonista.