El joven venezolano Luis Pedro Dominguez Martínez, quien se ahogó en Lago de Cerro Azul el pasado 1 de enero. El muchacho huyó de la crisis de su país desde hace un año, cuando se mudó desde su ciudad natal Maracay hasta Panamá
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Martínez había acudido con cuatro amigos al Mirador para disfrutar de su paisaje y su agua fresca. Apenas llegó al sito, se despojó de sus zapatillas y la ropa y se lanzó a nadar.
Sus amigos lo vieron cruzar de una orilla a otra y detenerse para secarse con las manos el agua que se escurría por su rostro. Pero luego de eso se pusieron a jugar una partida de cartas para pasar el tiempo y decidieron alquilar un bote para pasear por el lago.
Fue en ese momento cuando decidieron avisarle a Luis para que se montara, pero no lo hallaron por ninguna parte. Pensaron que se había metido al bosque, pero pasaron las horas y Luis no aparecía. Allí decidieron llamar a la Policía.
A las 6:00 de la tarde se presentaron las autoridades pero ese día no pudieron localizarlo. El 2 de enero buzos peinaron en vano el lago para ubicarlo, pero fue infructuoso, hasta que el miércoles a las 6:30 de la mañana unas personas vieron flotando su cuerpo.
Sus amigos, destrozados por la tragedia, comentaron que Luis tenía un año de residir en Panamá.
«Era de Maracay, Venezuela y allá vivía en el campo, por eso amaba la naturaleza», contó al Diario El Siglo Edgard Osman Arrieta, amigo de infancia de Luis.
Justo este martes Luis debía presentarse a una cita para arreglar sus papeles de permanencia en Panamá.
El joven venezolano de 25 años trabajaba en el Centro Comercial Westland, vendiendo línea blanca. No tenía hijos.
Sus amigos declararon que era un hombre tranquilo, de la casa al trabajo, sin vicios.
Fuente: Diario El Siglo