Un informe del Departamento Antinarcóticos de Estados Unidos, filtrado la semana
pasada, reveló que la agrupación libanesa Hezbolá, considerada un grupo terrorista por el gobierno de ese país, opera en los países de Colombia y Panamá bajo la clandestinidad.
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Este grupo terrorista opera a través de la Organización de Seguridad Externa (ESO, por sus siglas en inglés).
A través de ESO, el Hezbolá opera empresas y plataformas comerciales «tapadera», con las que desarrollan lavado de activos y maneja ganancias en ilícitos como exportación y
venta de autos robados, estafas a bancos y falsificación de tarjetas de crédito, además
de reclutamiento de personas para operaciones terroristas.
De acuerdo con la información publicada por infobae.com, un aspecto de la organización ESO es la creación de sociedades dedicadas, principalmente, a la venta de textiles, incluyendo ropa de contrabando traída desde Panamá.
De acuerdo con la inteligencia colombiana, 80% de lo recaudado en estas y otras operaciones ilegales se usa para financiar a Hezbolá en Beirut, a través de bancos europeos. Mientras, «el 20% restante de la rentabilidad de los ilícitos se reinvierte en continuar las operaciones en Colombia y Panamá», señala infobae.com.
Así mismo indica en la nota que según un informe del 2017 de actividades antidemocráticas de la Policía de Colombia, Hezbolá en ese país y en Panamá usa las redes sociales para identificar y ubicar a cibernautas simpatizantes, para luego adoctrinarlos e incorporarlos al Islam y convertirlos en operativos.
La nota señala: «En cuanto al modus operandi netamente terrorista y militar, la Policía
colombiana ha indicado que, primero definen los objetivos terroristas desde la
Secretaría General en Líbano por órdenes de Teherán (Irán), y es entonces que el
comandante militar de la Organización de Seguridad Externa, designa los integrantes
de sus células de activación y apoyo, siendo parte de estas últimas Abdalá Rada
Ramel, líder de las operaciones en Panamá, quien ha sido visto asiduamente en
Bolivia, Paraguay y Venezuela».
Fuente: Critica